Adiós a los mitos del amor
Mientras se acerca el 14 de febrero es hora de repensar algunas creencias de la monogamia
Hace poco escuchaba a una amiga cercana conversar sobre su relación y algunos mitos sobre las relaciones poliamorosas; me di cuenta que los mitos también se encuentran en las relaciones monogámicas y es mucho de esto que forma parte inconsciente de las relaciones lo que en verdad dificulta la monogamia. Mi amiga sostiene que las relaciones son personalizables y desde un inicio habría que establecer qué se quiere y que la clave es la comunicación, estoy totalmente de acuerdo con su postura.
Primero habría que diferenciar que la monogamia en muchas ocasiones es visto como sinónimo de fidelidad y esto no es así, tampoco es un sinónimo de moralidad. La monogamia comprende la monoginia (el hombre que tiene una sola esposa por vez) y la monoandria (la mujer que tiene un solo esposo por vez). Se define como tener un único cónyuge sin diferenciación de sexo (Veiga, 2016). La monogamia no es un concepto universal y única forma de matrimonio, ya que en muchas sociedades y culturas cambian las costumbres y formas de relacionamiento.
Margaret Mead, fue una antropóloga que descubrió mucho sobre esto en sus viajes y lo trata en su libro ‘Sexo y temperamento’, que permite reflexiones muy importante sobre que es innato y que es cultural en cuanto a las dinámicas de parejas y temperamento. Mead también defendía una suerte de “monogamia en serie” que tuviese en cuenta que, a medida que el tiempo avanzaba, nosotros cambiábamos y con ello, nuestras prioridades vitales. Ella sostenía que el matrimonio tradicional obligaba a condensar los 3 objetivos (sexo, pero también exploración y pasión; niños, pero también responsabilidad y herencia; compañía, pero también supervivencia) en una única persona, y que esta debía evolucionar tal y como nosotros queríamos (Barnés, 2019).
En muchas ocasiones en estos debates de poligamia vrs monogamia se llega a la conclusión que lo más positivo es que el camino de la pareja no esté impuesto desde presiones exteriores sino que sean propuesto por la propia pareja y sea una conversación honesta.
Ahora bien, es importante reflexionar y abrir los ojos a la cultura monogámica tóxica, definida por Hilary Berry, que percibe la monogamia como una institución cultural ha sido interpretada y practicada de formas nocivas para la salud. Esto por ideas romantizadas de medios, normativas y sociales. Lo vemos muy claro en “canciones románticas”, en cuentos de hadas y películas. QPOC (Queer People of Color) establece algunos de estos mitos de la monogamia:
Es un mito que nuestra pareja tiene que suplir todas las necesidades emocionales, sociales y físicas que tenemos.
Esto porque es una realidad que hay intereses más allá de la pareja (ocio, familia, amigos). Inclusive porque una de las partes o las dos, disfrutan también de su espacio a solas. También es de importancia el desarrollo personal y profesional que se puede realizar por separado. Todas estas variantes tratan el equilibrio sano y necesario en las relaciones, donde no debería haber una sensación de sacrificio (Maria Escalpez, 2020).
Es un mito que el amor TODO lo puede
La prioridad absoluta hacia la pareja es insostenible, al igual que pensar que el amor conquista todo. Inclusive las dificultades más complicadas, como una historia de amor de cuentos de hadas. Hay creencias fundamentales que todos tenemos que pueden ser incompatibles con la otra persona, objetivos de estilo de vida, de carrera o familiares que pueden ser muy difíciles de mantener y que sean compromisos irrazonables.
Es un mito que los celos y la posesión son indicadores del amor
Estos no deberían ser los indicadores de amor que uno busca si no el compromiso, la comunicación, el respeto y el apoyo. Se vive un ambiente de libertad sin chantajes emocionales y psicológicos.
Es un mito que si se ama a alguien no se va a sentir atracción a nadie más
No es como que cuando uno entra a una relación hay un botón de apagado. Hay atracción de muchas maneras (ficticias, platónicas, de celebridades, estéticas, desconocidos, amistades). Por lo que es mejor reconocerlo y tener conversaciones al respecto donde cada persona pueda hablar sobre qué acciones o comportamientos les harían daño o les traicionarían (Jae Lin)
Es un mito que la relación siempre está antes de absolutamente todo
Hay sueños y aspiraciones que son muy personales y que son esencial para nuestra formación como personas. Somos personas con muchos necesidades y decir que la relación tiene que ser la prioridad número uno es poco realista y no tan sano. En el querer bien hay reciprocidad sin sensación de sacrificio y se alimenta el desarrollo integral de las personas en la relación.
Muy buen artículo.
Un buen aporte para un amor maduro